¿Qué es la atención plena?
Como todo, practicar la atención plena y ver sus efectos transformadores a largo plazo en nuestra vida solo es posible si integramos esta práctica en nuestro día a día, convirtiéndola en un hábito. Hay muchas formas de practicar la atención o conciencia plena, pero comencemos primero con la meditación.
- Meditación de atención plena
Estar conscientes de lo que sucede en nuestro mundo interior y cultivar el hábito de estar presente en el momento es posible cuando dedicamos tiempo a practicar la atención plena. La meditación es una práctica formal que nos permite aumentar nuestros niveles de atención y sintonizarnos con lo que está sucediendo aquí y ahora.
- Atención plena mientras caminamos
Las prácticas de conciencia plena no sólo se realizan mientras estamos sentados, también se pueden realizar mientras nos movemos. Los ejercicios de atención plena nos invitan a tomar conciencia de nuestro entorno y de nuestras propias sensaciones corporales. Mientras caminamos, podemos optar por dirigir nuestra atención a nuestros pasos y a la forma en que nuestras piernas se mueven de un lugar a otro. Sentir cada zona de los pies haciendo contacto con el suelo y notar esas sensaciones, es otra de las muchas formas de practicar la atención plena.
- Comer conscientemente
Cuando hablamos de “aplicar la atención plena a nuestra vida diaria”, este es uno de los muchos aspectos de los que podemos beneficiarnos. Algo tan fundamental como comer se puede practicar de forma consciente enfocándonos en lo que sea que estemos comiendo o bebiendo y observando, sin juzgar, las sensaciones que los alimentos o bebidas le ofrecen a nuestro cuerpo. Podrías pensar en esto, como si estuvieras comiendo o bebiendo algo por primera vez en tu vida. Comer con atención plena nos brinda la oportunidad de disfrutar y apreciar genuinamente nuestros alimentos.
- Movimiento consciente
De manera similar a la caminata consciente, existen otras actividades basadas en el movimiento a las que se puede aplicar la atención plena. Ya sea bailando, corriendo, estirando o haciendo yoga; puedes practicar poniendo tu atención en las sensaciones dentro de tu cuerpo y escuchando cómo tu cuerpo desea moverse. Además de practicar tus ejercicios diarios, también puedes dejar que tu cuerpo se mueva y te lleve a donde quiera ir sin restricciones y sin pensar demasiado. Poner tu música favorita y bailar puede ser una excelente manera de probar el movimiento consciente.
Estar consciente es desactivar el piloto automático. Por lo general, hacemos las tareas que estamos tan acostumbrados a hacer en un estado automatizado. ¿Recuerdas la última vez que lavaste los platos estando plenamente consciente de ello? Muy posiblemente la respuesta sea "No", ¿cierto? Una parte de la conciencia plena es poder también dirigir tu atención al aquí y al ahora, independientemente de lo que sea que estés haciendo, y permanecer realmente presente mientras realizas esa tarea. La próxima vez que estés haciendo tus labores domésticas, trata de llevar tu atención a la forma en la que te estás moviendo y tal vez puedas también observar los pensamientos que pasan por tu mente.
¿Cómo puedo estar consciente durante todo el día?
No se puede lograr tal cosa y ¡está bien! La naturaleza de nuestra mente tiende a llevarnos al pasado y al futuro con bastante frecuencia. Pero la atención plena, en cambio, es la práctica de estar en el momento presente y experimentar plenamente lo que sucede ahora. Aunque existen muchos beneficios de estar más atentos y conscientes del momento presente, este tipo de conciencia no es sostenible durante todo el día.
Nuestro cerebro está conectado a las experiencias pasadas y esto es perfectamente natural porque así es como aprendemos de ellas. De manera similar, frecuentemente también pensamos lo que podría suceder, planificando lo que vendrá, porque nuestra mente tiende a querer erradicar la incertidumbre que podríamos enfrentar en el futuro.
Aunque estas funciones de nuestro cerebro son las que nos mantienen vivos, cuando nos sentimos atrapados entre los recuerdos y los planes futuros, podemos comenzar a sentirnos abrumados. Pensar en errores del pasado o visitar repetidamente escenarios ya vividos no es de mucha ayuda. Esto puede crear lo que los psicólogos llaman ciclos de pensamientos rumiativos, que es uno de los síntomas de la depresión. Por otro lado, planificar el futuro y tratar de controlar lo que pueda suceder, sin ser capaces de tolerar la incertidumbre, llega a generar ansiedad y estrés. La clave es darnos cuenta de cuándo nuestra mente vaga por el pasado y por el futuro.
Conforme vamos atravesando por todo esto, e igual que en muchos aspectos de la vida, lo ideal es encontrar un equilibrio. Algunos estudios han demostrado que cultivar una actitud consciente ayuda a prevenir el ciclo de pensamientos rumiativos y también disminuye las reacciones negativas que tenemos ante la incertidumbre.
Con esta información en mente, podemos decir que aunque no estemos conscientes todo el día, tenemos la capacidad de regresar nuestra atención al momento presente cada vez que notamos que nuestra mente se ha desviado. Prácticas sencillas como tomarnos un descanso de tres minutos de conciencia plena durante el día, o las prácticas informales de atención plena pueden ser de gran ayuda para llevar nuestra conciencia al momento presente.
Si nos cuesta trabajo, debemos tener paciencia y ser compasivos con nosotros mismos. El curso de nuestra mente y de nuestros pensamientos aunados a nuestro entorno está en constante cambio. Por lo tanto, otro hábito a desarrollar dentro de la atención plena es darnos cuenta de cuándo no estamos siendo "conscientes" y mostrarnos comprensión, igual que como lo haríamos con algún ser querido. Recuerda, si te das cuenta de lo que está sucediendo en tu mente en ese momento, también estás practicando la atención plena ya que no se trata de concentrarse en una sola cosa.